El castillo Gilău tiene certificación desde el año 1428 como residencia episcopal romano-católica. Entre los años 1475-1501 fue edificado un conjunto residencial fortificado en estilo renacentista. En el siglo XVI se convirtió en la residencia de la reina Isabela, la viuda del rey de Hungría Juan I, madre del príncipe de Transilvania Juan Segismundo.
El príncipe Gheorghe Rákóczi I restaura el castillo de Gilău, y durante la señoría de Denes Banffy el castillo está sometido a obras de consolidación de las fortificaciones. El castillo fue parcialmente destruido y hecho de nuevo. El edificio está circundado por un parque donde fueron hallados las ruinas de un castro romano. Actualmente el castillo fue concedido por retrocesión, y ya no puede ser visitado.