El Cementerio Central aparece en los documentos de la edad bajo la denominación de Hajongard, convirtiéndose en cementerio a finales del siglo XVI; se extiende sobre un área de varias hectáreas. Allí se hallan los monumentos funerales de varias personalidades con papel determinante en la vida política, cultural y artística de Transilvania.
Una particularidad del cementerio es el hecho de que no existe una valla que delimite las confesiones y nacionalidades. Los más antiguos monumentos funerales del cementerio fechan de los siglos XVI-XVII.