En el invierno del año 1784, durante el reinado del emperador José II y del gobernador Samuel von Brukenthal, en Transilvania estalló una revuelta de los campesino como manifestación contra las coacciones a las que eran sometidos. La revuelta fue dirigida por los campesinos Ursu Nicola llamado Horea, Ion Oargă llamado Crişan y Marcu Gurgiu llamado Cloşca. El motín fue derrotado, y los tres líderes fueron detenidos y condenados a muerte. Horea y Cloşca fueron ejecutados por el suplicio de la rueda, y Crişan se ahorcó en la cárcel. En su memoria, en la vecindad del Parque Central “Simion Bărnuţiu” estuvo emplazado en el año 1974 un conjunto de estatuas representándolos. El monumento fue realizado por Ion Vlasiu.