La fortaleza Gherla (Fortaleza Martinuzzi), construida en estilo renacentista, se halla en la orilla derecha del río Someşul Mic, en el municipio de Gherla. Tiene atestación documental del año 1540; fue edificada a la orden del obispo de Oradea, Gheorghe Martinuzzi, tesorero y gobernador de Transilvania.
La fortaleza fue alzada según los planos del arquitecto Domenico da Bologna, en la forma de un cuadrángulo con bastiones defensivos en las esquinas, circundado por muros gruesos y una zanja de agua, y la entrada y salida de la fortaleza se hacían sobre un puente móvil, existiendo también acceso por túneles subterráneos.
A lo largo del tiempo la fortaleza perteneció a varias familias nobiliarias, inclusivamente a los príncipes de Transilvania, Segismundo Báthory y Gheorghe Rákóczi II. Porque ya no tenía importancia estratégica, el emperador, José II transformó la fortaleza Gherla en cárcel central para Transilvania. En el año 1913 la cárcel fue convertida en instituto de detención preventiva para menores, donde los niños estudiaban y aprendían diversos oficios.
Durante el comunismo, la cárcel Gherla conoció dos períodos distintos: los años 1945-1964 – cárcel política, respectivamente los años 1964-1989 – cárcel para presos comunes. Después del año 1989 la cárcel Gherla, una de las más antiguas de Rumanía, se convirtió en penitenciario de máxima seguridad.